Curso
de nivelación. Departamento de Historia. I.S.P. Joaquín V. González
Taller
de Introducción a la geografía
Lic/prof. Roberto Damin
Estudiantes ayudantes: José Luís Maineri
– Ignacio de Bonis
El
espacio geográfico
En un diccionario de términos geográficos
Brunet Ferras y Thérry desarrollaron la siguiente definición del espacio
geográfico:
“El espacio geográfico es la extensión
terrestre utilizada y ordenada por las
sociedades en vista de su reproducción –en sentido amplio no solamente para
alimentarse y abrigarse, sino para toda la complejidad de los actos sociales.
Comprende el conjunto de lugares y sus
relaciones. Este es el espacio que estudian los geógrafos.
El espacio geográfico tiene dos aspectos.
Es un sistema de relaciones y un producto social organizado, uno de los
numerosos productos de la actividad social. Incorpora las herencias, las huellas naturales y las artificiales.
Tiene actores, que son los individuos, los grupos, las empresas, las
colectividades territoriales, los Estados.
Producto social,
el espacio es, igualmente, un medio y un ambiente de la actividad social. En ciertos aspectos se puede
considerar, al menos en su ordenamiento, como un medio de producción. Así, el
espacio y su organización son, en conjunto, un producto social, un medio de
reproducción social y un medio de producción cuyas cualidades pueden apreciarse
en la eficacia de la división internacional del trabajo y sus interconexiones
con los lugares.
Podemos reconocer cinco
tipos de acciones fundamentales: apropiación, explotación (o puesta en valor),
ocupación, intercambio (comunicación) y gestión. Desde un punto de vista
analítico el espacio geográfico comprende todo lo que hace a la singularidad de
los lugares y la amplitud de sus relaciones: la población y las ciudades con
todas sus características (formaciones y relaciones sociales, comportamientos
demográficos, educación y calificaciones, jerarquías y divisiones) consideradas
en su distribución espacial; cultivos, bosques, espacios de reserva; usinas,
comercio, servicios, construcciones, equipamientos, infraestructuras, minas;
ecosistemas naturales, bien o mal utilizados por las sociedades, relaciones
materiales e inmateriales entre personas, pueblos y lugares; y también los lugares
simbólicos, de las representaciones, de los paisajes; así como la organización
de todos estos elementos, las relaciones entre ellos, las redes que los ligan,
las prácticas espaciales de la población. En resumen, el conjunto de la
humanidad, con la extensión de que dispone, los productos y las redes que
distribuye sobre la superficie de la
Tierra y que sirven para su reproducción (o que la
comprometen); así como los elementos naturales más o menos transformados, que
las sociedades utilizan para este fin.
La representación del
espacio geográfico
Trabajar con planos, cartas
geográficas y mapas implica afrontar el desafío de vencer la abstracción. Por lo tanto es necesario preparar a los alumnos para
trabajar las destrezas cartográficos, pues de lo contrario ubicar en un
mapa puede resultar un acto mecánico que no implique una comprensión real de la dimensión espacial de
los fenómenos y dinámicas naturales y los procesos sociales.
Es importante que usemos los
mapas de los Atlas de la
Biblioteca , y también que los tengamos colgados en las
paredes del aula. En la escuela secundaria tenemos que facilitar la comprensión
de la representación cartográfica, es decir manejar la noción de
proporcionalidad que se pone en juego en la escala cartográfica y en la proyección
cartográfica. La espacialidad, como
capacidad de ubicarse en los espacios geográficos y representarlos
gráficamente, es una construcción
permanente y progresiva que debe ser desarrollada particularmente desde el
área de las Ciencias Sociales. El mapa es
una herramienta fundamental para
la comprensión de la dimensión espacial de la realidad social, pero no es el
propósito final de la tarea en Geografía.
Se considera que para el alumno
es más útil ejercitar la lectura de los distintos mapas temáticos, que la tarea
de hacerlos como un simple ejercicio de ubicación de elementos del paisaje. Si
bien esto último es importante, desarrollar la competencia de leer, interpretar, pensar un mapa, tiene
aún más significación social. En la vida cotidiana, ya adultos, es difícil
que nuestros niños tengan que confeccionar mapas, pero, probablemente, tengan
necesidad de leer cartografía en sus múltiples desplazamientos espaciales.
“La
lectura de un mapa puede favorecer la construcción
de conceptos significativos. Así por ejemplo, analizar el mapa de los
ferrocarriles en la
Argentina , cuyo trazado es concéntrico y radial, nos permite
comprender el modelo de ocupación y organización del espacio que lo proyectó.
Sería deseable que la clásica imagen del docente explicando junto al mapa, pueda asociarse a la de un profesor
que favorece el pensamiento crítico
de sus alumnos, uno de los propósitos
centrales de la enseñanza de las Ciencias Sociales.
Fuente: Material
elaborado para el presente curso.
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